¿Por qué no aceptamos publicidad de casinos online y apuestas deportivas?

Nos preguntan con frecuencia por qué no anunciamos casinos online ni sitios de apuestas deportivas. Explicamos las razones aquí.
Casinos online y apuestas deportivas

Todos los meses recibimos una gran cantidad de correos electrónicos de agencias y empresas que buscan anunciar sitios de apuestas deportivas y casinos online a través de las plataformas de Chócale. En todos los casos, respondemos que no permitimos este tipo de publicidad. Como si lo olvidaran, vuelven a responder las cadenas meses después con un nuevo intento y mejorando la oferta anterior. Nosotros mantenemos la misma postura.

Algunos, más insistentes, dicen que están dispuestos a invertir miles de dólares, que hay otros grupos periodísticos chilenos -incluyendo reconocidos medios de prensa, radios y canales de televisión- que ya trabajan con ellos y que se trata de publicidad que no es invasiva.

Sin embargo, hay otros como nosotros que no permitimos este tipo de publicidad en nuestras plataformas. Este es un tema que he conversado informalmente con otros periodistas de medios nacionales. Es tan respetable la decisión de aceptar este tipo de avisaje, como también de rechazarlo, que es nuestro caso.

La discusión es amplia. Algunos plantean que los medios no tenemos responsabilidad directa respecto del contenido de los anuncios publicitarios. Para nosotros pasa por un principio ético: Como medio de comunicación orientado a consumidores y usuarios en diversas industrias -bancaria, financiera, consumo masivo, retail, telecomunicaciones y transporte- creemos que tenemos un estándar más alto que cumplir, sobre todo si tenemos indicios claros de que este tipo de plataformas contravendrían diversos principios y normativas.

Las razones para no permitir anuncios de casinos online y apuestas deportivas

En particular, hemos definido cuatro razones por las cuales en Chócale no permitimos que los casinos online y sitios de apuestas deportivas no puedan anunciarse con nosotros. Esto aplica para cualquier tipo de formato, incluyendo banners y artículos patrocinados.

  • Es un negocio que funciona al margen de la ley. Los únicos que pueden realizar este tipo de actividades son los casinos -fiscalizados por la Superintendencia de Casinos de Juego-, los hipódromos, la Lotería de Concepción y la Polla Chilena de Beneficencia. Todos los demás están fuera de la ley, y por lo tanto, no se encuentran autorizados para operar en el país.

Además, se trata de una situación que se ha ido judicializando por parte de diversos actores tradicionales y una industria que ha sido objeto de diversas investigaciones periodísticas, sin que exista -hasta ahora- una opinión concluyente respecto de la legalidad de la operación de casinos online y de apuestas deportivas.

  • Estas empresas no tributan en Chile. Al no tener domicilio legal en Chile, muchas de estas plataformas operan desde paraísos fiscales o en países donde la carga tributaria es menor. La consecuencia práctica es que el Estado recauda menos impuestos, bajo el supuesto que esos mismos jugadores están prefiriendo formas más cómodas de apostar respecto de aquellas que requieren acercarse físicamente a un recinto creado para tal efecto, como un casino de juegos. Por el momento, es importante recordar que los usuarios deben declarar los ingresos que obtengan y pagar impuestos cuando corresponda por las apuestas deportivas y casinos online.
  • Servicio al cliente y derechos del consumidor. Los usuarios de este tipo de plataformas están en una situación de absoluta asimetría respecto del ejercicio de sus derechos como consumidores ante la ocurrencia de algún problema que dé origen a un reclamo o requerimiento. A diferencia de los negocios establecidos en el país, donde cualquier persona puede acercarse a la Superintendencia de Casinos de Juegos o al Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC).
  • Mayor descontrol de la ludopatía. Los casinos en Chile tienen listas de autoexclusión voluntaria para aquellas personas que quieran renunciar a su derecho de ingresar a estos recintos. La Región Metropolitana no tiene casinos, y los más cercanos se encuentran a 50 minutos del centro de la ciudad. Ir a uno de estos espacios se trata de un panorama puntual y concreto, pero tener acceso a apuestas deportivas o un casino online en la palma de tu mano en el celular o desde el computador de tu casa puede parecer más peligroso.

Sin ir más lejos, según una nota de Diario Constitucional, en septiembre del año pasado la Fundación de Jugadores en Terapia por Ludopatía presentó una querella criminal contra Betway, Rojabet, Betano, Mi Casino, Jackpotcity, Juega en línea, Betsson y Coolbet.

¿Puede cambiar esta política editorial en el futuro?

De mantenerse el contexto actual, no. En el Congreso Nacional se está discutiendo un proyecto de ley para regular a este tipo de plataformas, y por otro lado, también se ha planteado aplicar restricciones para promocionar estos servicios en el fútbol.

La evaluación que hacemos es que estos cuatro motivos que expuestos están definidos como un conjunto. En caso de existir cambios regulatorios en cualquiera de estos cuatro ejes, la decisión puede ser reevaluada. Eso pasa inevitablemente por una regulación a la industria, que paguen los tributos que corresponden, que existan canales para atender las inquietudes de los consumidores y que demuestren mecanismos efectivos para evitar el aumento de la ludopatía en la población.

Mientras eso no ocurra, mantenemos nuestra decisión de no permitir publicidad de casinos online y de plataformas de apuestas deportivas, lo que se suma a la publicidad de empresas financieras que ofrezcan servicios específicamente para público chileno que no se encuentren inscritas como entidades fiscalizadas ante la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), además de otros rubros específicos, siempre que se pueda ver afectado el derecho de los consumidores o comprometer los intereses de nuestro medio.


Síguenos en Google News

Síguenos en Google News

Suscríbete a nuestro canal de WhatsApp

Suscríbete al WhatsApp
Total
0
Compartir