Hace tres años, Francisco Donoso y su esposa, Fanny Hormazábal, decidieron dejar su vida en la Región de Valparaíso para moverse al sur e instalarse en la ciudad de Llanquihue.
Lo que comenzó como un simple cambio de estilo de vida terminó siendo el punto de partida para Llanquihue Bakery, una panadería y pastelería artesanal que combina recetas tradicionales con humor.
La idea inicial no fue de ellos. “Un tío de mi esposa iba a instalar la panadería y lo único que buscó fue el local (...) como que desistió del tema y nos dio la idea a nosotros”, relató Donoso.
Ambos, con profesiones ligadas al área de la salud, asumieron el desafío sin experiencia previa. “Partimos con mi esposa como de cero en realidad, sin tener mucho conocimiento. Y como que no nos hemos dado cuenta de que llevamos 3 años, básicamente”, señaló.
El comienzo del negocio coincidió con decisiones que terminaron definiendo su sello. La estética llamó de inmediato la atención de los clientes, algo que Francisco reconoce como un elemento distintivo frente a otros emprendimientos de la zona.
“Nuestro local es muy diferente a cómo son los negocios acá en el sur. Comentarios de la misma gente. ‘Oh, qué bonito acá, qué limpio se ve todo.’ Y nosotros, como: ‘Obvio es una panadería, tiene que ser limpio’. Nuestras recetas de pan no son pan de acá del sur, son recetas del norte. Entonces, ese también es como nuestra gran diferenciación”, agregó.

El giro decisivo llegó a partir de un hecho inesperado: Una clienta grabó un video en el local, lo subió a redes sociales y obtuvo una muy buena recepción.
Con el tiempo, los propios dueños comenzaron protagonizar los contenidos. “Ahora de hecho también aparece mi esposa, casi siempre aparecemos los dos. Entonces, la idea es, que te aparezcan los trabajadores, nosotros, porque la gente además nos conoce”, explicó Donoso.
Los clips, con tono humorístico, terminaron por consolidar la identidad digital del negocio.“El último video que fue como muy viral (...) los comentarios todos apuntaban a que en el fondo todos se sentían igual, que se sentían muy muy identificados”, comentó el panadero.
El impacto de estos contenidos no solo se reflejó en un aumento de seguidores en redes sociales: también atrajo nuevos clientes que llegaron al local tras ver el contenido en Instagram, fortaleciendo así las ventas. La experiencia motivó a Donoso a recomendar a otros emprendedores que se animen a mostrarse.
“Les recomendaría que sí o sí lo hagan. A veces uno piensa ‘no, que voy a estar haciendo el ridículo’, pero al final no es hacer el ridículo, sino que es ponerse más la camiseta por tu propio negocio”, explicó. La creatividad detrás de los contenidos está liderada por Fanny Hormazábal.“Ella es la de las ideas de los videos”, admitió.
El futuro: tortas y expansión
Actualmente, Llanquihue Bakery cuenta con cinco trabajadores y proyecta crecer en el área de la pastelería. “Estamos ahora en un proyecto de expansión de la parte de la pastelería (...) estamos empezando a incorporar tortas y ese tipo de cosas”.
Además, no descartaron abrir un nuevo local en el futuro. “Queremos mantener, obviamente, la esencia de la panadería artesanal, en el fondo lo menos mecánica posible, y no nos cerramos aún alguna sucursal, quizás en algún lugar”.
Llanquihue Bakery, con su pan del norte, estética cuidada y humor casero, se ha convertido en un fenómeno que inspira a otros emprendedores del sur del país a atreverse también a mostrarse en redes.
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