Han pasado 50 años desde que el ingeniero de Motorola, Martin Cooper, realizó la primera llamada desde un teléfono móvil en la historia desde la Sexta Avenida de Nueva York. Cooper llamó a su competencia, llamó a su competencia, Joel Engel, de Bell Labs.
“Te llamo solo para ver si mi llamada suena bien por tu lado, estoy de un teléfono portátil”, le habría dicho. Eso, que hoy no sorprendería a nadie, fue la primera llamada desde un teléfono móvil de la historia y puso fin a la carrera entre ambas compañías por lograrlo.
El aparato utilizado para esa primera llamada fue un Motorola Dynatac 8000X, que pesaba casi 800 gramos, medía 33 centímetros y demoraba 10 horas en completar su carga, que duraba solo 30 minutos. En sus comienzos, la única función de estos teléfonos era llamar y recibir llamadas por voz. Sin embargo, en las últimas décadas, la evolución ha sido frenética y ha dado paso a usos impensados en esos años. Han pasado 50 años y mucha agua ha corrido bajo el puente en telefonía móvil.
En Chile, el uso y la comercialización de la telefonía móvil comenzó en 1989, en plena transición a la democracia. En el 2000, había en el país 3,4 millones de abonados móviles.
Actualmente, a nivel mundial el 68% de la población usa un celular, lo que representa a 5.440 millones de personas, y las cifras siguen aumentando. En el caso de Chile, ahora hay más líneas móviles que habitantes: el país cuenta con más de 26 millones de celulares, superando en un 35% a su población.
En la década de los 90s los celulares comienzan a achicarse
Ya en los años 90, los celulares comenzaron a achicarse y a abaratarse, llegando a más usuarios. Pero no fue hasta 2007, con el lanzamiento del iPhone de Steve Jobs y su pantalla táctil, que se revolucionó el mercado con el primer teléfono inteligente.
Esta evolución no habría sido posible sin las importantes inversiones realizadas por las operadoras en infraestructura de red a lo largo de todo el país. Aun así, todavía persiste una brecha digital que es necesario abordar.
Con el tiempo, los usos de los celulares han cambiado, relegando las llamadas a un segundo plano. De hecho, según estadísticas de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), el año pasado se efectuaron un total de 14.285.223 llamadas y se registró un tráfico de 40,7 millones de minutos. Esto puede parecer mucho, pero es apenas 2 minutos por persona si se divide entre cada chileno, y mucho menos si se compara con las 5 horas promedio que los usuarios utilizan el celular, donde las redes sociales concentran la mayor cantidad de tiempo.
La Internet de las Cosas (IoT), el Análisis de Datos, sumados a tecnologías como la Inteligencia Artificial, nos permiten manejar aparatos de la casa desde cualquier lugar, ver series y películas en cualquier momento y saber por qué lugares manejar para evitar el tráfico. La realidad es que el uso de datos y la demanda por aplicaciones y servicios digitales sigue al alza.
Un análisis de Entel señaló que el tráfico de datos móviles aumentó en un 33% durante 2022, cifra que no tiene intenciones de bajar. Las aplicaciones más utilizadas por los chilenos incluyen Instagram, YouTube, Facebook, Netflix y TikTok.
“El uso y consumo de celulares en Chile ha ido aumentando consistentemente a lo largo del tiempo. Los usuarios exigen aparatos que se adecúen a sus necesidades particulares, que sean rápidos y que les permitan estar en internet sin problemas. Las compañías, al igual que los clientes, también hemos ido evolucionando y entregando un mejor servicio, acorde a los tiempos y que permita que cada día más personas puedan acceder a las infinitas posibilidades que da la tecnología”, afirmó el subgerente de producto de Entel, Ignacio Reyes.
El futuro de la telefonía móvil en Chile y en el mundo es prometedor, aseguran desde este operador que lidera en participación de mercado, por delante de WOM y Movistar, sus más cercanos contendores.
La llegada de tecnologías como la red 5G y la constante innovación en dispositivos y aplicaciones. La evolución de la telefonía móvil, que comenzó hace 50 años con una simple llamada, seguirá transformando nuestras vidas y generando nuevas posibilidades para la comunicación, el entretenimiento y la conectividad en el siglo XXI. Sin embargo, es fundamental que se siga trabajando en cerrar la brecha digital y asegurar que todos los ciudadanos tengan acceso a estas herramientas y oportunidades.
