Expertos abordan los desafíos de la educación financiera en las escuelas

En un encuentro del Centro de Políticas Públicas UC y Banco Santander se analizó el estado actual de conocimientos financieros en profesores y alumnos.

Con el objetivo de reflexionar y discutir sobre la importancia de tener una ciudadanía mejor educada financieramente, sobre todo ante este escenario de incertidumbre y recesión económica, el Centro de Políticas Públicas UC -en alianza con Banco Santander– organizó el seminario virtual Desafíos de la educación financiera en la escuela en tiempos de crisis económica.

El encuentro contó con la participación de Nicolás Muñoz, subdirector de Investigación del Centro de Políticas Públicas UC; Carolina Leyton, jefa(s) del Departamento de Estudios Internacionales de la Agencia de Calidad de la Educación; Carolina Besa, gerente de Asuntos Públicos y encargada de los programas de educación financiera del Banco Central; y fue moderado por Roberto Sapag, gerente de Comunicaciones y Sostenibilidad del Banco Santander.

“En Chile tenemos un desbalance riesgoso: por un lado tenemos un mercado financiero que se ha desarrollado de manera profunda en los últimos años -un 97% de los adultos cuenta con algún producto financiero- y por otro lado, tenemos una ciudadanía con un bajo nivel de alfabetización financiera”, dijo Nicolás Muñoz, del Centro de Políticas Públicas UC.

Además, agregó que los jóvenes tiene un nivel de alfabetización financiera menor que el resto de la población y comportamientos más riesgosos. Los menores de 30 años son aquel grupo de ciudadanos que tienen un mayor índice de morosidad respecto a la proporción de sus ingresos.

En esta línea, Carolina Besa expresó que “uno de los sectores que van a quedar más golpeados con la crisis son los jóvenes y las mujeres. Vamos a tener una merma en la economía de los hogares, sabemos que vamos a tener ingresos más bajos. En este contexto, el poder saber cómo organizar el presupuesto y tener una adecuada formación financiera es muy relevante”.

La OCDE promueve la incorporación de la educación financiera (EF) en el ámbito escolar. En en 2018, con la promulgación de la ley 21.092, se modificó la LGE y se introdujo la obligación de que todos los colegios incorporaran al menos un módulo de esta materia en enseñanza media.

Sin embargo, según datos de la Encuesta de Alfabetización y comportamiento financiero de profesores, realizada por el Centro de Políticas Públicas UC en colaboración con Banco Santander, en 2019 sólo un tercio de las escuelas implementó alguna acción para enseñar educación financiera (EF) a sus estudiantes. Además, el estudio arrojó que “aunque en general le asignan una gran importancia a la EF, solo un 27% de los profesores encuestados señala tener plena seguridad para poder enseñarla”, explica Muñoz.

Los resultados de la prueba PISA Financiera, que evalúa las competencias de estudiantes de 15 años, tampoco son alentadores. Como expuso Carolina Leyton, de la Agencia de Calidad de la Educación, solo un 30% de los estudiantes en Chile alcanza el nivel más alto de conocimientos y capacidades financieras. Cerca de un 70% de los estudiantes declara que no ha aprendido a manejar su dinero en el colegio, si no en su casa, con su familia. “Si bien es importante que aprendan en sus casas, hay una relación con el grupo socioeconómico al cual pertenecen y se genera un círculo vicioso. El colegio juega un rol en disminuir la desigualdad en este ámbito”.

En esto coincidió Nicolás Muñoz, quien expresó que “la EF es otro indicador más de desigualdad en nuestro país. Al no existir esa oferta en los colegios, los estudiantes se informan en su núcleo cercano o familiar y lo que uno sabe es que a mayor a nivel de vulnerabilidad, ese conocimiento es más impreciso”.

Oportunidades de mejora

Para Carolina Leyton es clave que “se incluyan conceptos fundamentales de EF desde la educación básica, no en una asignatura específica, sino transversalmente en distintas asignaturas”.

Carolina Besa complementó este punto expresando que “hay que ver la forma de empalmar esto con las asignaturas tradicionales: en Matemáticas se puede explicar cómo es el cálculo de una tasa de interés; Lenguaje es una oportunidad para leer suplementos económicos de diarios o revistas; en Historia se pueden analizar las crisis económicas. Desde las mallas curriculares de las escuelas de pedagogías deben formar más en este materia”.

Agregó que “los docentes son los principales aliados en llevar adelante la EF y formar esta cadena de impacto: en la medida que un estudiante entiende mejor los conceptos y se va empoderando en lo financiero, esto también se traspasa a la familia y al entorno donde se inserta este alumno”.

Con respecto al rol del Estado, Nicolás Muñoz, del Centro de Políticas Públicas UC, considera que es necesario fortalecer la institucionalidad, con iniciativas como la creación de un Observatorio de Educación Financiera “que reúna al ámbito público, privado y a la academia, con el desafío de aumentar la cobertura y la calidad de la EF en la escuela”.

Ante la pregunta del moderador sobre la pertinencia de incluir la educación financiera en la prueba SIMCE, Nicolás Muñoz consideró que “es una gran oportunidad, porque el Simce mide indicadores de desarrollo personal y social, ahí se podrían incluir preguntas que den luces de la realidad de la EF”.

Carolina Leyton, por su parte, consideró que “una de nuestras principales funciones como Agencia de Calidad de la Educación es la de evaluar y recoger información útil para orientar al sistema educacional. Sin embargo, esto debe ir de la mano de la generación de instancias de formación financiera. No ganamos mucho con evaluar si no hay un esfuerzo porque este tema se incluya en los colegios”.


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