Este miércoles es un día clave para el eventual avance del proyecto de ley que busca permitir el retiro del 10% de los ahorros de los afiliados a las AFP.
Desde el estallido social, hemos observado que el gobierno llega mal y tarde a cada uno de los desafíos que ha impuesto la opinión pública. Poco olfato político, mal dominio de la agenda y errores tácticos que le han pasado la cuenta a la administración de Sebastián Piñera una y otra vez.
Sin embargo, esto es un poco distinto. El gobierno estaba llegando mal y tarde nuevamente, justo en medio de una amenaza que se venía gestando hace algunas semanas: permitir que las personas pudiesen retirar sus ahorros del sistema de pensiones.
De manera bastante transversal, economistas, técnicos y expertos han reiterado que el retiro del dinero de las AFP es una mala idea. Y lo que debería ser una discusión técnica que debe estar pensada en el mayor bienestar de todos los chilenos, no lo es.
Más bien parece ser parte de un “gallito político” entre oficialismo y oposición, que intenta medir las fuerzas entre las coaliciones (o lo que quedan de ellas) respecto a una iniciativa altamente popular para parte importante de la ciudadanía, pero tremendamente irresponsable y perjudicial para sus intereses futuros.
También se observa un intento de un grupo de la izquierda más radical de demoler el actual sistema previsional. Al permitir el masivo retiro de ahorros, las pensiones bajarán, el sistema quedará aún más desacreditado y eso obligará al Estado a tener que destinar recursos futuros en las jubilaciones de las personas. Esa conversación vendrá, y ese mismo grupo empujará en la discusión la idea de cambiar el sistema de capitalización individual.
Por último, un ajuste de cuentas de parlamentarios de Chile Vamos con el gobierno. Diputados UDI que no están conformes con la conducción política del gobierno, pues les molesta la importante presencia de militantes de Evopoli en diversos cargos del Ejecutivo o no ser escuchados lo suficiente. Y el hecho de que el gobierno decidiera no enviar el veto para salvar a los alcaldes que iban a reelección (por enésima vez) fue la gota que rebalsó el vaso.
La llegada “mal y tarde” en esta ocasión es distinta, porque el gobierno mejoró su oferta para la clase media. Suena más razonable. Y es posible que pueda ofrecer algo más aún. Pero parece ser que nada es suficiente para parte de una clase política que no piensa en el futuro del país. Al contrario, tienen en mente el hecho de evitar la crítica pública a través de Twitter con la mirada puesta en las próximas elecciones.
Nunca lo ofrecido será suficiente, más aún ante una crisis social y económica que hace prever que vendrán años muy difíciles para millones de chilenos.
Es evidente que el sistema de AFP requiere modificaciones urgentes. Hasta ahora, ha sido exitoso al multiplicar los ahorros por medio de las rentabilidades que generan los fondos ahorrados. Sin embargo, debe hacerse cargo también de un mercado laboral injusto, donde hay personas que no cotizan, lo hacen por el mínimo o tienen lagunas previsionales; aumentar el porcentaje de cotización, ya que el actual 10% en ningún sistema será suficiente; y fortalecer aún más el pilar solidario.
Hacemos un llamado a actuar con responsabilidad política, y pensar en los actuales y futuros jubilados.
