Portabilidad Financiera: ¿Cómo cambiarme de banco o entidad financiera?

La portabilidad financiera es un proceso que simplifica el cambio entre bancos o entidades, para cuentas, tarjetas y créditos.
Solicitud de portabilidad financiera

Ser cliente de un banco muchas veces significa mantener una relación por el resto de tu vida. Tener una cuenta vista cuando joven, abrir la cuenta corriente al salir de la universidad, y años más tarde, pedir un crédito hipotecario para comprar tu primera vivienda. Sin embargo, muchos comienzan a mirar para el lado en búsqueda de mejores condiciones, tasas más convenientes o un mejor servicio. Es ahí donde entramos a hablar del concepto de portabilidad financiera.

Se trata de un mecanismo que simplifica los trámites de cierre y apertura de productos financieros, junto al traspaso de deudas como créditos de consumo o hipotecarios, entre otros. Aunque algunas personas tenían expectativas de que una solicitud sería tramitada de forma tan fácil como la portabilidad numérica de la telefonía, se trata de un proceso que requiere cumplir con ciertas formalidades que pueden tomar varios días.

La Ley de Portabilidad Financiera entró en vigencia en septiembre de 2020. Un año después, la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF) informaba que se habían ingresado 350 mil solicitudes -correspondientes a 168.000 clientes-, de los cuales 79 mil mejoraron su situación (un 47%).

Es importante mencionar que todos los productos financieros son objetos de portabilidad, con excepción de los relacionados con ahorro e inversiones. Se pueden cambiar de proveedor financiero las cuentas vista, cuentas corrientes, líneas de crédito, tarjetas de crédito y débito, créditos de consumo, créditos hipotecarios y créditos automotrices, entre otros.

La legislación tuvo como objetivo hacer más simple y barato el trámite para cambiar los productos de una institución a otra. Esto es aún más relevante en el caso de créditos hipotecarios, cuyos traslados tenían costos más altos que en la actualidad.

¿En qué debo fijarme al trasladar mis productos y créditos?

“Es súper importante que al momento de pensar en cambiarse o aperturar productos en alguna institución, estas nos ofrezcan condiciones mejores de las que ya tenemos. ¿A qué me refiero con esto? Que las comisiones, intereses y costos en general sean más bajos que los que pagamos”, asegura Romina Capetillo, especialista en finanzas personales.

Capetillo además recomienda “interiorizarse de los beneficios asociados y por último tener cuidado de los cupos excesivos que te podrían ofrecer las instituciones para cuidar tu carga financiera”.

¿Entre qué entidades financieras puedo cambiarme?

No son solamente los bancos los considerados en la portabilidad financiera. De hecho, hay una amplia gama de proveedores considerados para que uno pueda realizar el cambio:

  • Bancos
  • Compañías de seguros
  • Cooperativas de ahorro y crédito
  • Cajas de compensación
  • Emisores de tarjetas
  • Agentes administradores de mutuos hipotecarios endosables
  • Instituciones que coloquen fondos de manera masiva (por ejemplo, empresas que otorgan créditos automotrices)

Por ejemplo, si una persona tiene un crédito de consumo asociado al pago de su pensión bajo la modalidad de renta vitalicia en una compañía de seguro, podría solicitar la portabilidad de este préstamo para trasladarlo a un banco o a una cooperativa.

Respecto de las condiciones que se deben tener en cuenta para hacer la portabilidad financiera, pueden solicitar la portabilidad financiera las personas naturales; además de personas jurídicas que sean micro o pequeñas empresas (MIPYMES o EMT) con ventas anuales inferiores a 25.000 UF.

José Patricio Uribe, docente de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián (USS), destaca que “si no mejoran las expectativas de ingreso de la persona y/o la persona no modifica su comportamiento de consumo, la portabilidad no es la mejor solución”.

“Por el contrario, una persona estable económicamente y que es evaluado como buen pagador no tendrá problema con la portabilidad”, agregó.

¿Qué productos forman parte de la portabilidad financiera?

Los productos que se pueden portar son los siguientes:

  • Cuentas vistas
  • Cuentas corrientes
  • Líneas de crédito asociadas a una cuenta (corriente o vista)
  • Créditos hipotecarios
  • Créditos de consumo
  • Tarjetas de crédito
  • Créditos automotrices

En el proceso de portabilidad se pueden incluir todos los productos que el interesado quiera, de uno o más proveedores. También es posible portar varios productos en distintas solicitudes por separado, y la solicitud no necesariamente tiene que incluir todos los productos que tengas en una misma entidad, como un banco o una cooperativa.

¿Cómo funciona la portabilidad financiera?

La Portabilidad Financiera tienes dos formas de ser aplicada;. una estándar que es para cualquier producto financiero; y una con subrogación, es decir, para los créditos con garantía real como los préstamos hipotecarios o automotrices.

Proceso estándar

Para el proceso estándar, tu actual institución financiera debe emitir el certificado de liquidación a ti o ser entregado directamente a la nueva entidad a la que te quieres portar. Este documento es gratuito y contiene la información de todos tus productos financieros vigentes.

Luego, debes indicar que productos quieres contratar con tu nuevo banco y los que quieres cerrar en el antiguo. Tras esto, el nuevo proveedor evaluará al cliente y realizará una oferta con los productos y condiciones, la cual tiene una vigencia de al menos 7 días hábiles bancarios.

Si aceptas las condiciones que te ofrecen, se otorga un “mandato de término”. De este modo, la nueva entidad podrá -en nombre del cliente- pagar los productos que tiene contratados y solicitar su cierre.

Tras esto, se pueden contratar productos con tu nuevo banco. El nuevo proveedor tiene 6 días hábiles bancarios para pagar saldos pendientes y requerir el cierre de productos.

Sobre los costos que puede llegar a tener este proceso, Romina Capetillo explica que “para hacer la tarea más simple podemos fijarnos en la Carga Anual Equivalente (CAE), que es el indicador que reúne todos los costos de los productos o créditos y nos permite comparar donde nos cobran más barato“.

Proceso con subrogación

En el caso del proceso de Portabilidad Financiera con subrogación, pensando en el caso de créditos con garantías reales como los hipotecarios o automotrices, existen tres pasos extra a los anteriormente explicados de la forma estándar.

Al momento del pago de la deuda, la garantía que caucionaba al producto financiero -por ejemplo, la hipoteca en el caso de créditos hipotecarios-, pasará automáticamente a garantizar el nuevo crédito, en beneficio del nuevo proveedor. Este efecto se llama “subrogación”, ya que el nuevo crédito “subroga” al crédito que se paga, pero la garantía se mantiene.

Tras esto, el nuevo banco tendrá 30 días hábiles bancarios para solicitar la inscripción de la subrogación en el Conservador de Bienes Raíces competente. Este tendrá 10 días hábiles para practicar la inscripción solicitada.

José Patricio Uribe, docente de la Universidad San Sebastián, explica que los costos dependerán de cada producto que la persona tenga. “Mientras más grande sea el monto de los créditos o mientras más créditos tenga, más tendrá que pagar. Por eso en fundamental cotizar quién le ofrece mejores condiciones”, señala.


Síguenos en Google News

Síguenos en Google News

Suscríbete a nuestro canal de WhatsApp

Suscríbete al WhatsApp

Contenidos relacionados

Total
0
Compartir