Por Maximiliano Valdés
Director de Chócale
Docente de Periodismo Digital de la Universidad del Desarrollo y Universidad Diego Portales
El gobierno de Sebastián Piñera está lanzando a los consumidores al sacrificio. En los últimos días hemos visto las gestiones que realiza el Ministerio de Hacienda para lograr que la oposición apruebe la idea de legislar la reforma tributaria.
El Ejecutivo quiere jugársela por la integración tributaria, que a juicio de los economistas de centroizquierda solo beneficiará a los empresarios y personas con rentas más altas. Los de centroderecha hablan de que se simplifica el proceso. Por eso, la negociación con la centroizquierda considera buscar mecanismos para compensar la menor recaudación fiscal que se generará.
Aunque no es mi afán hablar de la integración del sistema tributario, quiero centrarme en que discutamos en torno a los efectos que tendrá el impuesto a la economía digital.
El gobierno lo propuso originalmente en un 10%. Sin embargo, los gremios empresariales encabezados por la CPC, la CNC y la CCS han presionado para aumentarlo al 19% y así equipararlo al IVA. Que la competencia no es justa, que no tributan en Chile, que no pagan porcentaje de sus ventas en impuestos, mucho menos sus utilidades.
¿Por qué tendría que pagarle IVA al fisco chileno por un servicio que utilizaré en el extranjero, por el simple hecho de pagarlo con mi tarjeta de crédito? Airbnb es una de las empresas más mencionadas cuando se habla de este proyecto de ley. La verdad es que he utilizado mucho más esta plataforma para alojar en el extranjero, que en Chile.
Entendiendo que el IVA es un impuesto que grava “los servicios prestados o utilizados en el territorio nacional”, no entiendo por qué debería pagar un 19% de impuesto por dormir en Buenos Aires, Tokio o Tombuctú. Aún más sorprendente es cuando, a propósito del dictamen de la Corte Suprema de esta semana, las autoridades están arrinconando a las plataformas como Airbnb. Queremos cobrarle impuesto, pero también hacerles la vida imposible.
¿Por qué un 19% de impuesto si utilizo Uber? El transporte de pasajeros está exento de IVA en Chile. Otra cosa es que quienes trabajan como Uber no tributen como corresponda. Que las personas declaren sus ingresos reales es un problema que el SII debe fiscalizar. Cabify, por ejemplo, sí hace las cosas bien. Sus conductores entregan boletas de honorarios o facturas exentas para recibir sus ingresos semanales.
Sigamos. ¿Uber Eats? Un gráfico que aparece en El Mercurio de este viernes, con datos de la Dirección de Presupuestos (Dipres), plantea que el cobro de la retención del 19% a Uber Eats generará entre US$108 y $381 millones para las arcas fiscales.
Esto es un poco miope, porque el contrato entre la plataforma y los restaurantes explicita que el “impuesto al valor agregado” (IVA) es de cargo del restaurant. “Usted será (…) la parte responsable de la cobranza y entero de los impuestos sobre ventas aplicables”, dice el contrato. Al igual que en otras apps de delivery, Uber Eats exige que los locales entreguen la boleta junto a cada orden de comida. Esta, por supuesto, considera el 19% de IVA.
Aún más: ¿Y si ocupo mi tarjeta chilena para comprar en Uber Eats mientras estoy en el extranjero? ¿O Glovo? ¿Me van a cobrar el IVA chileno además del impuesto local del país que estoy visitando? Porque finalmente estaré ocupando la misma app, la misma tarjeta, el mismo smartphone, pero en distinto lugar. El cobro lo hará la misma empresa desde Holanda, Irlanda o Luxemburgo.
De más está decir que el alza del 19% en estos servicios los terminará pagando el consumidor, como muchas otras cosas en Chile.
Una vez más es la clase media la que terminará pagando este impuesto. Ya sea por la vía de tener que disminuir los planes contratados o de requerir menos los servicios de la economía digital. Que a una persona ABC1 le suban Netflix de $5.990 a $7.128 probablemente no haga tanta diferencia. Pero la clase media, que ha ido conociendo estos servicios recién en los últimos dos años, al sumarlos todos, quizás sí. 19% a Spotify, a Netflix, a Google, a Dropbox, a Uber, al delivery… suma y sigue. Chile ha avanzado mucho en bancarización, uso de medios de pago electrónicos y en las opciones de acceso a nuevas tecnologías. Servicios como Uber y Airbnb no solo se utilizan en Chile, sino también al momento de viajar.
Los emprendedores también pagarán este impuesto. Las pymes. ¿En serio? Claro que sí. Muchas pymes en este país utilizan servicios de la economía digital: G Suite, Dropbox, Slack, Trello, Google Ads, Facebook Ads… la lista es larga. ¿Y saben lo que dice la historia sobre los impuestos digitales? Solo un caso: Google Ads desde hace más de cinco años que le devuelve el 35% del impuesto adicional a los anunciantes grandes.
Probablemente con el resto de los servicios suceda lo mismo: una vez que entre en vigencia la ley, las tecnológicas se la jueguen por cubrir los impuestos que deban pagar sus clientes más importantes (grandes empresas), mientras los clientes más chicos debamos pagar siempre los impuestos sin ningún tipo de regalías.
Me preocupa que el debate no esté a la altura de las circunstancias. Espero que los parlamentarios sensatos puedan distinguir todas estas excepciones que debería considerar la ley durante su proceso de discusión. Ojalá en el parlamento (y en la cocina) impere la sensatez.
No solo escuchen a los empresarios y al muñequeo político, escuchen también a los consumidores y a los emprendedores.