En los últimos años, las redes privadas virtuales, más conocidas como VPN, dejaron de ser una herramienta exclusiva de expertos en tecnología o profesionales de la informática.
Actualmente forman parte del kit de aplicaciones de millones de personas alrededor del mundo que buscan cuidar su información personal, protegerse en redes públicas o simplemente acceder a contenidos disponibles en otros países.
Un VPN (Virtual Private Network) crea un “túnel” cifrado entre el dispositivo del usuario e internet, ocultando su dirección IP y los datos de navegación. En un contexto donde la privacidad digital se ha vuelto un bien escaso y las filtraciones de datos son cada vez más comunes, su adopción aumentó de forma sostenida. Según distintos reportes de la industria, el interés global por estas herramientas creció más de 30% durante 2025.
Entre las opciones más recomendadas para computadores personales destaca el uso de un VPN para Windows, que permite proteger la conexión al navegar desde un PC o portátil.
Surfshark, por ejemplo, ofrece una aplicación compatible con distintas versiones del sistema operativo y con dispositivos como Surface Pro o laptops con arquitectura ARM. Su facilidad de uso y la posibilidad de conectarse a servidores en más de 100 países la han convertido en una de las preferidas entre los usuarios.
Los VPN ofrecen privacidad y libertad digital
La principal ventaja de usar un VPN es la posibilidad de mantener la privacidad en línea. Cuando el tráfico de internet pasa por un servidor seguro, la dirección IP real del usuario se reemplaza por otra, dificultando el rastreo por parte de sitios web, anunciantes o proveedores de servicios. Esto cobra relevancia especialmente en redes wifi públicas, como aeropuertos, cafés o universidades, donde los datos pueden quedar expuestos.
Es importante tener en cuenta que las personas están tomando conciencia de que su actividad digital deja una huella constante. Por esta razón, los VPN se volvieron una especie de cinturón de seguridad digital: no impiden que ocurra un accidente, pero sí reducen drásticamente los riesgos.

Además de reforzar la privacidad, un VPN permite acceder a servicios o catálogos de streaming que no están disponibles en ciertas regiones. Esto las convirtió en un aliado frecuente para quienes viajan o quieren mantener acceso a sus suscripciones mientras están en el extranjero.
Qué buscar al elegir un VPN
El mercado de los VPN creció tanto que hoy existen cientos de opciones, gratuitas y pagadas, con distintos niveles de seguridad, velocidad y soporte. Entre las más reconocidas están NordVPN, Surfshark y Proton VPN.
NordVPN se posicionó como una de las más completas del mercado gracias a su red global de servidores y su velocidad estable, ideal para streaming o videojuegos en línea.
En tanto, Surfshark se hizo popular por ofrecer conexiones ilimitadas —permitiendo proteger todos los dispositivos con una sola cuenta— y por su política de no guardar registros de actividad. Este servicio ha ido ganando terreno entre los usuarios que buscan una herramienta confiable y sencilla. De acuerdo con su evaluación en Trustpilot, la compañía tiene una puntuación de 4,4 sobre 5 basada en más de 27 mil reseñas.
Proton VPN, por otro lado, ofrece un plan gratuito con datos ilimitados, una característica poco común entre sus competidores.
Otros servicios populares son ExpressVPN, CyberGhost, IPVanish, Windscribe y Private Internet Access, todos con versiones orientadas a diferentes perfiles de usuarios, desde aquellos que buscan una experiencia básica hasta los más avanzados que requieren características sofisticadas como navegación anónima y protección contra fugas de datos.
Cada uno de estos servicios ofrece una variedad de funciones que permiten a los usuarios personalizar su experiencia según sus necesidades específicas, incluyendo múltiples protocolos de seguridad y opciones de encriptación.
Sin embargo, la recomendación general es optar por proveedores con políticas claras de privacidad, soporte activo y auditorías independientes de seguridad, ya que esto no solo garantiza un nivel superior de protección de datos, sino que también fomenta la confianza en el servicio a largo plazo.
Un hábito digital en expansión
En un escenario donde cada vez más aspectos de la vida pasan por la red —compras, trabajo remoto, entretenimiento y hasta trámites del Estado—, la seguridad digital dejó de ser opcional. Según estimaciones de Statista, alrededor del 20% de los usuarios de internet en América Latina utiliza algún tipo de VPN, y la cifra podría seguir creciendo en los próximos años.

El crecimiento también se explica por la accesibilidad: las aplicaciones modernas se instalan en pocos minutos y ofrecen interfaces amigables incluso para quienes no son expertos en tecnología.
Por ejemplo, Apple ofrece iCloud Private Relay para los usuarios de iCloud+, un VPN con funcionalidades básicas que busca proteger el envío y recepción de información. En el caso de Surfshark, es muy sencillo: solo debes crear tu cuenta, descargar el instalador, iniciar sesión y elegir un servidor para comenzar a navegar de forma segura.
Es importante tener en cuenta que usar un VPN ayuda a minimizar la exposición de datos personales en un contexto donde las amenazas digitales se vuelven más sofisticadas.
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