Andrés Velasco y su visión de América Latina: “Quiero creer que este ciclo populista no va a durar para siempre”

En Lima, el exministro de Hacienda, Andrés Velasco, retrató un mundo “cada día más turbulento”, marcado por el populismo, el repliegue de la globalización y los riesgos del sector financiero. Aquí, su crudo diagnóstico.
Andrés Velasco, exministro de Hacienda
Foto: Credicorp

Chócale en Lima, Perú Andrés Velasco, decano de la Escuela de Políticas Públicas del The London School of Economics and Political Science (LSE) y exministro de Hacienda, compartió un duro diagnóstico: la política volvió a dominar la economía y define las decisiones que mueven los mercados.

“Mi presentación tiene un propósito... ayudarlos a ustedes a entender este mundo que está cada día más turbulento”, comenzó diciendo ante los asistentes del III Encuentro Regional de Desarrollo de Credicorp en Lima. “Quiero partir hablando de la política… la política es reina”.

"En alguna época los economistas nos sentíamos muy importantes. Los ministros de economía y hacienda eran los superministros. La política era la hermana chica de la economía. Ustedes recordarán al famoso asesor de Clinton que decía 'es la economía, estúpido'. Si el candidato hablaba bien de economía y satisfacía las preocupaciones económicas de la gente, la política se arreglaba sola. Hoy día me atrevería a decir que es precisamente lo contrario. 'Es la política, estúpido'", sostuvo.

Velasco planteó que la ecuación se invirtió: “Las grandes decisiones que estamos viendo en el mundo hay que leerlas en clave política. No tienen mucha lógica económica, pero sí política”.

Puso ejemplos concretos. En China, el frenazo económico y el clima de control político incluso sobre el sector empresarial; de Rusia mencionó que la invasión sobre Ucrania no tiene ninguna lógica económica; y de Estados Unidos cuestionó la escalada arancelaria.

El exministro conectó esos episodios a una tendencia más amplia: el auge del populismo como forma de hacer política. “El gran flagelo del mundo de hoy no es un populismo económico, es un populismo político (...) una manera de hacer política en la cual hay buenos y malos, hay amigos y enemigos. Eso siempre termina atentando contra la democracia”, aseguró.

Andrés Velasco, decano de LSE
Andrés Velasco, decano de LSE (Foto: Credicorp)

Por eso, advirtió que “estamos en medio no solamente de una potencial recesión económica, sino también recesión democrática”, en momentos en que se erosionó el debate basado en evidencias, planteó.

La economía según Andrés Velasco: El repliegue de la globalización

Andrés Velasco luego pasó a la economía. No decretó el fin de la globalización, pero sí su repliegue: “Uno puede debilitar la globalización sin terminar con la globalización, y eso es lo que está pasando”.

Enumeró instrumentos que surgieron justamente de la política: aranceles, restricciones a tecnológicas chinas como Huawei o TikTok y las sanciones económicas, y alertó sobre los efectos de “convertir la regulación financiera en un arma”.

El crecimiento global —continuó Velasco en el seminario de Credicorp— “es mediocre”, con la excepción de Estados Unidos, mientras China crece en torno al 4%. En paralelo, la deuda pública se disparó tras la pandemia porque muchos gobiernos “mantuvieron el pie firmemente sobre el acelerador una vez ya pasada la crisis y tenemos una acumulación gigantesca de deuda pública”.

A la vez, describió el boom de inversión en datacenter y la ola de inteligencia artificial como motor real de actividad —y de demanda de insumos como el cobre—, pero advirtió por la concentración bursátil a propósito del auge de las firmas tecnológicas: “Este boom de las acciones no es un boom de las acciones, es un boom de siete empresas”.

Los cuatro riesgos y las oportunidades de América Latina

Tras el panorama global, Velasco aterrizó en América Latina con cuatro riesgos. Primero, la incertidumbre “en las nubes” que complica inversiones y portafolios. Segundo, el bajo crecimiento que se volvió la nueva norma y la caída en la productividad.

También advirtió sobre el impacto comercial de los aranceles de EE.UU. y del riesgo de un shock financiero externo que eleve los spreads de deuda, aunque hoy “vienen cayendo”.

Sin embargo, también hubo espacio para el optimismo tras el crudo cuadro que describió Velasco y planteó cuatro oportunidades. La primera: el reordenamiento de las cadenas de suministro. Si las empresas salen de China, no todo irá “a Texas”. Países “más amistosos” podrían captar esa producción: “¿Por qué no Colombia, Perú, Chile o Uruguay?”.

Foto: Credicorp

La segunda: la ventaja en recursos. “Tenemos agua, alimentos y los minerales críticos, que son absolutamente clave”. La tercera: la exportación de servicios, habilitada por la tecnología. “Profesionales de la región pueden atender clientes globales sin moverse de su ciudad”, siempre que los países aseguren conectividad y marcos regulatorios adecuados.

La cuarta oportunidad apunta a la innovación como motor del crecimiento: no basta con estabilidad macroeconómica; se necesita un “ecosistema” que proteja la propiedad intelectual y fomente la competencia. “La innovación puede ser la creación de una tecnología nueva… o la adaptación de una tecnología nueva que la traemos al pelo y que la adaptamos”.

Velasco además llamó a profundizar la integración con Europa y simplificar las reglas de origen. Y, pese a la fatiga política, recordó que “a pesar de la regresión democrática, fuera de América del Norte, somos la región más democrática del mundo”.

Intentó cerrar con una cuota de optimismo: “Quiero creer que este ciclo populista no va a durar para siempre”.

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