Activos alternativos: ¿Qué son y en qué se diferencian de otras inversiones?

Los activos alternativos poseen una liquidez, retorno y horizonte diferentes a la que ofrecen otro tipo de inversiones.

Al momento de decidir invertir, el mercado actual ofrece una amplia gama de opciones en las que puedes ahorrar o hacer crecer tu dinero. A medida que pasa el tiempo, el abanico se expande cada vez más. Uno de los instrumentos que ha cobrado protagonismo han sido los activos alternativos, que se diferencian de las inversiones tradicionales al no ser acciones o bonos.

Principalmente, los activos alternativos pueden ser fondos de inversión, empresas de capital riesgo, bienes inmuebles, materias primas y acciones de empresas no cotizadas. Estos instrumentos se complementan a una cartera de inversión tradicional y poseen una liquidez, retorno y horizonte de inversión distinto al de las inversiones tradicionales.

Joaquín Aguirre, gerente de Estudios de Sartor FG, explica que las ventajas de estos activos es que “tienen mayor rendimiento y baja correlación con los activos tradicionales, lo que es muy valioso para incorporar en los portafolios, pues sube el rendimiento ajustado por riesgo”.

Por esta razón es que este tipo de activos son considerados como un gran instrumento de diversificación para inversiones tradicionales. Además, uno de los activos alternativos más comúnmente conocidos son las inversiones en el sector inmobiliario.

Ante esto, el ejecutivo mencionó que también pueden tener algunas desventajas, como una “menor liquidez y menor trazabilidad. Al tratarse de activos que no se transan públicamente, hay menos seguimiento de sus componentes”. Es por esto que destacó que “que hay un error al señalar que invertir en alternativos es una decisión para clientes con elevada tolerancia al riesgo”.

Existen activos alternativos que tienen muy baja volatilidad, como la deuda privada, y que, por lo tanto, puede ser un buen invitado a los portafolios conservadores y moderados.

¿Qué tipos de activos alternativos existen?

A modo de conclusión, Joaquín Aguirre sostuvo que “el perfil de riesgo no es la única dimensión para evaluar si es apropiado este tipo de instrumentos. Tienen que ser inversionistas que deben entender sus necesidades de liquidez, pues son instrumentos que no se transan públicamente. Es por esto que no están disponibles para monetizarse de manera permanente”.

Como mencionamos anteriormente, existe una amplia gama de activos alternativos. Estos son algunos de los más populares en el mercado:

  • Fondos de Cobertura (Hedge Funds): Son un portafolio de inversión privado que tiene estrategias no tradicionales (por ejemplo, ventas cortas o apalancamiento) para preservar o ganar capital.
  • Capital Privado (Private Equity): Este activo alternativo busca retornos por la compra de empresas o reestructuración de ellas, con el objetivo de mejorar o recuperar su rentabilidad.
  • Deuda Privada (Private Debt): La deuda privada incluye cualquier deuda mantenida o extendida a compañías privadas. Viene en muchas formas, pero generalmente involucra a instituciones no bancarias que otorgan préstamos a empresas privadas o compran esos préstamos en el mercado secundario.
  • Bienes raíces (Real Estate): Este considera inversiones en activos tangibles, tales como residenciales, comerciales, industriales o en terrenos. El beneficio de este activo está ligado a la renta y desarrollo.
  • Infraestructura: El beneficio de este activo alternativo va de la mano de la renta, restauración o desarrollo de proyectos de infraestructura. Estos pueden ser carreteras, puentes, aeropuertos, etc.

¿En qué debemos fijarnos al invertir?

Es recomendable poner atención al equipo gestor de la administradora, como su tamaño, los miembros del equipo por estrategia, experiencia, estabilidad del equipo, reparto de beneficios e inversión en fondos gestionados.

Respecto de la estrategia de inversión, se debe poner atención al monto administrado en la estrategia, su distribución geográfica y sectorial, el tipo de operaciones, la participación en acuerdos y el rol de las inversiones (en grupo o individuales). También considerar la posibilidad de salida, estructura de mercado y ventajas competitivas.

También es aconsejable revisar la rentabilidad histórica y compararla con el desempeño respecto de sus pares. No dejar de poner atención en la importancia de pérdidas, valoraciones, procesos pendientes y la descomposición de rendimientos.

Finalmente, respecto de los términos y condiciones, debes tener en cuenta el tipo de vehículo de inversión, el tamaño, duración y periodo de inversión del fondo, además de sus comisiones y gastos.

Sartor es la primera Administradora General de Fondos (AGF) que invierte 100% en activos alternativos. Está registrada y regulada por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y por la Unidad de Análisis Financiero (UAF). A través de su nueva plataforma Sartor+ podrás acceder a una amplia variedad de inversiones en activos alternativos.

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