Aunque la economía chilena creció 0,5% en agosto y el desempleo se mantiene en 8,6%, el consumo no se ha detenido. Según el informe Fashion & Beauty 2025 elaborado por Worldpanel by Numerator, las categorías de belleza y moda registraron un crecimiento sostenido y superior al promedio del mercado.
El estudio reveló que el gasto en productos de belleza aumentó un 12,3% durante el último año, impulsado por una mayor disposición de los consumidores a invertir en bienestar y estilo personal.
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La categoría de belleza lidera la recuperación del consumo en los hogares, especialmente en los grupos C3, D y E, donde productos como protector solar (+26%), maquillaje (+18%) y cremas faciales (+16%) registran aumentos en sus ventas.
“En un contexto de crecimiento austero, los chilenos siguen valorando los productos que les generan bienestar, autenticidad y propósito. La belleza, el vestuario y el calzado se transforman en expresiones de identidad, no solo en bienes de consumo”, explicó Marlis Riedel, directora de nuevos negocios de Worldpanel by Numerator.
Consumidores más informados y exigentes
El informe indicó que el incremento estuvo relacionado con un mayor interés por productos que elevan las rutinas de cuidado y ofrecen resultados concretos. Además, se consolidó la preferencia por alternativas premium, incluso en segmentos con menor poder adquisitivo.
Los consumidores de mayor edad, especialmente de la generación X y los Baby Boomers, concentran el mayor gasto promedio en belleza.
Paralelamente, los compradores masculinos ganan relevancia, impulsados por la creciente aceptación social del cuidado personal y la influencia de la inteligencia artificial, que permite recomendaciones de rutina personalizadas y diagnósticos virtuales.
"Chile está entrando en una fase avanzada del skincare, donde los consumidores buscan elevar su rutina con productos especializados, dermatológicos o de inspiración coreana”, añadió Riedel.
El nuevo escenario del retail: Del precio a la experiencia
En el ámbito de la moda, el estudio identificó cambios en los criterios de compra. El precio sigue siendo un punto de partida, pero la decisión final está determinada por la experiencia de compra.
Los consumidores valoran la calidad, disponibilidad de tallas y facilidades en cambios y devoluciones. Este comportamiento ha favorecido el crecimiento de comercio electrónico y de los establecimientos especializaoas, que avanzaron frente a las grandes tiendas.
Más del 60% de los hogares combinó dos o más canales de compra —como tiendas por departamento y plataformas digitales—, lo que evidencia una evolución hacia un consumidor más informado y exigente.
Este cambio responde también a una búsqueda de identidad y propósito: las personas ya no solo eligen por precio, sino también por afinidad con los valores de la marca y la experiencia que entrega.
