El invierno está a la vuelta de la esquina… y con él, las bajas temperaturas. De esta forma, tenemos que empezar a preocuparnos sobre todo por la forma en que se calefaccionan nuestros hogares, evitando situaciones de riesgo.
En las instalaciones eléctricas la seguridad se ve afectada por la cantidad de calor que genera la corriente instantánea, lo que podría dañar el recubrimiento y con ello la aislación de los conductores. “Es ahí donde podría ocurrir una falla que detone en un corto circuito”, comenta Alex Ulloa, docente del Departamento de Electricidad de la Universidad Técnica Federico Santa María en Concepción.
“Lo que hay que cuidar es que los altos consumos de energía eléctrica no sobrepasen el máximo de corriente para la que fue diseñada la instalación y procurar que los consumos no sean por tiempos prolongados”, explica el profesional.
Además, hay que considerar que existen algunos riesgos que son propios de instalaciones eléctricas que cumplieron sus años de servicio o se encuentren defectuosas por el paso del tiempo. Tanto en casas como departamentos, una instalación debería ser revisada en un período no mayor a cinco años, por una técnico certificado por SEC con licencia D, C o B.
Y es que son distintos agentes como el polvo, la humedad, el uso e incluso un movimiento telúrico algunas de las causas que suelten una conexión o dañen un aislamiento.
Cuidado con el exceso de equipos conectados
Alex Ulloa, quien también es ingeniero civil en Electricidad y magíster en Ciencias de la Ingeniería, señaló que el límite de gasto de energía eléctrica mensual en los hogares, que en la mayoría posee empalme tipo BT1, está dado por la compañía y es de 350 kwh. A eso hay que considerar que ese empalme domiciliario posee una potencia máxima instalada de 10 kilowatt nos da una corriente máxima de consumo de unos 45 amperes, aunque en la mayoría de las casas es entre 16 y 25 amperes.
Además, en cada casa existe un sistema de protecciones automáticas, también conocido como disyuntor, aparato que abre automáticamente el paso de la corriente eléctrica, con una capacidad de 25 o 16 amperes acorde al empalme, y lo corta cuando se supera el límite. Por eso es clave la exigencia de no intervenir ningún sistema eléctrico sin tener el conocimiento de un instalador eléctrico certificado.
Sebastián Martínez, también docente de la UTFSM, indicó que la necesidad de evaluar la situación en los hogares es claramente evidenciable cuando en las casas se corta el suministro de energía eléctrica al haber muchos equipos conectados. “La recurrencia de esos eventos muestra que el sistema eléctrico está en constante sobrecarga”, explicó.
Esto es cada vez más frecuente en la actualidad, ya que la tendencia es que los sistemas de calefacción sean eléctricos. “Estamos consumiendo una potencia instantánea igual o mayor a la potencia instalada con la que se diseñó la instalación de la casa”, indicó. Cada circuito está asociado a una protección, por eso es importante evitar conectar todos los aparatos eléctricos a un solo circuito.
Ojo con alargadores y estufas eléctricas
Similar situación ocurre cuando se utilizan alargadores, ya que lo importante es no sobrecalentar las conexiones, de ahí también que no deben permanecer encendidos toda la noche.
Otra recomendación es contar con equipos que tengan un termostato, ya que miden la temperatura y se apagan cuando cumple el nivel de calor deseado.
“La electricidad entrega calor de forma limpia y además la conversión de energía es prácticamente uno a uno. Esta es una de las formas de conversión de energía más eficiente que existe”, explica Sebastián Martínez. Así, marca sus diferencias con la leña, que es bastante ineficiente. El problema es que las compañías de electricidad establecen límites de consumo invernal, resaltó.
Agregaron que para el invierno otros aspectos a tener en cuenta es la importancia de mantener el confort térmico en las habitaciones, ya que cuando se genera una fuente de calor lo ideal es que no se escape la temperatura. Aspectos como las cortinas, ventanas y la aislación son claves.